Entrevista a Grela Bravo: “Aceptar la fragilidad es el principio de toda fortaleza”

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Fuente: https://www.clara.es (Susana Pino)

Hoy os traigo la entrevista realizada a la polifacética escritora Grela Bravo, autora de "Matemática de la Fragilidad" o "Sobrevivir al dolor". Nos cuenta todo lo que se esconde detrás de sus obras y nos permite conocerla un poco mejor.

Entrevistar a Grela Bravo es todo un placer. Es una de esas mujeres cultas, inteligentes y comprometidas que emanan energía positiva. Acaba de publicar su último libro, Matemática de la fragilidad, y con este sugerente título nos regala reflexiones sobre la vida e invita a cuestionarnos las emociones que nos construyen y nos definen. Un libro inteligente, como todos los de esta autora, hermoso en su forma y con un contenido transcendente que es necesario digerir poco a poco.

Grela es una mujer polifacética, luchadora y que no se amilana ante nada. Psicóloga clínica y mediadora social e intercultural, ha publicado más de una decena de libros, entre ellos Sobrevivir al dolor, su libro más reconocido y que ha ayudado a muchas personas que, como ella, saben lo que es convivir día a día con el dolor crónico y con una enfermedad tan dura como la fibromialgia. Además, es una mujer involucrada en muchas causas sociales y en este momento se encuentra colaborando activamente con el proyecto "Mujer y dolor".

¡Esto es todo lo que he podido hablar con ella!

¿Por qué surge tu último libro Matemática de la fragilidad? ¿Hay algo concreto que te inspira a escribirlo?

Es el intento de transcribir un diálogo concreto, breve pero necesario, con la vida. Desde un lugar nuevo, hondo, reflexivo, desde un dolor distinto… Más que dialogar lo interpelo y respondo. En ocasiones tal vez lo repruebo, incluso lo exijo, como un niño enfadado que grita por qué, porque está asustado. El diálogo está abierto y queda suspendido en el libro. Tal vez eso le conceda un espacio, un margen o una oportunidad que con el tiempo le dé -al mismo libro- otro sentido.

¿Cuál es el mensaje general que quieres transmitir al lector?

Que se atreva a preguntar y a preguntarse, incluso cuando no haya -o no están disponibles aún- las respuestas. Que se atreva a reconocer y aceptar las sencillas soluciones que a veces nos da la vida, hasta en las situaciones más complejas.

¿Cómo describirías la fragilidad humana? ¿Hay alguna fórmula que nos haga más fuertes?

La vida insiste en "responderme" que aceptar la fragilidad es el principio de toda fortaleza.

Matemática de la Fragilidad es un manual de reflexiones para la vida que te invita a pensar y a sentir, con citas inspiradoras de personajes muy relevantes de todos los tiempos, ¿hay alguna especial para ti que quieras compartir?

Todas las que escogí para acompañar los textos lo son, por una u otra razón. Lo fueron en uno u otro momento, poderosamente y por eso me marcaron. Quizás una que aún resuena en mí es aquella fantástica de Marie Curie: “Dejamos de temer aquello que se ha aprendido a entender”. Porque podría funcionar como sinopsis de todo el libro.

¿Por qué hay que leer Matemática de la Fragilidad?

A veces los libros nos ayudan a conjugar lo que no hemos sabido o podido decir. Y ese ejercicio de espejo puede ser muy liberador.

Todos tus libros son muy diferentes con los temas que tratan o el lenguaje que utilizas. Podríamos pensar que no hay nada en común entre todos ellos pero para ti, que eres su autora, ¿hay algún hilo conductor que los une? ¿Hay algo debajo que los sostiene a todos?

Es curioso, hay quien me dice justo lo contrario. Es interesante esta apreciación, denota que cada lector llega a un lugar distinto. Y eso es maravilloso.

Supongo que el hilo conductor es mi voz. La manera cómo me asomo a la vida, lo haga desde donde lo haga, esa mirada que espero -aspiro- aprender a transmitir como marca de agua, como compromiso personal para con todo.

Uno de los últimos proyectos en los que participas activamente es “Mujer y Dolor”, un proyecto enfocado a apoyar a todas las mujeres que conviven con un dolor crónico durante gran parte de su vida y en el cual eres miembro de la Junta. ¿En qué consiste exactamente y qué objetivo tiene?

Abarca el dolor crónico en general y como consecuencia de múltiples causas (enfermedad, violencia…). Toma una perspectiva de género puesto que 2 de cada 3 personas que sufren algún tipo de dolor crónico en el mundo son mujeres. Este es nuestro valor añadido. Tiene una vocación multidisciplinar y una doble misión, científica y social, de investigación, divulgación y sensibilización. Todo siempre hacia un mismo objetivo: conocer más y mejor.

Hemos reunido un equipo maravilloso de grandes especialistas en distintos ámbitos y esperamos poder seguir sumando apoyos y sinergias que allanen el camino de las mujeres que están padeciendo dolor.

Tú conoces bien este tema porque llevas años sufriéndolo y eres un claro ejemplo de que el dolor te puede hacer más fuerte. No paras de escribir y de participar en diferentes proyectos, a ti el dolor en lugar de paralizarte parece que te haya dado alas. ¿Cómo se logra convivir con el dolor?

Si algo he aprendido en este largo recorrido personal y profesional por la enfermedad es que no hay ejemplos. Yo no aspiro a ser ningún ejemplo, solo un caso más de tantísimos, pero he intentado darle visibilidad y hacer de altavoz de quienes no han tenido esa oportunidad. Y digo caso porque las casuísticas son tantas y tan variables que el mayor aprendizaje del dolor es lo poco normativo que es, más allá del sentido poético, sino también y sobre todo social y clínico. Doler nunca debería ser ejemplarizante, ni siquiera con la mejor de las connotaciones.

De algún modo (pensando ahora en la pregunta de antes sobre todos mis libros…) busco reivindicar la excepción, los márgenes, lo no previsto, lo que escapa al promedio, lo menos adaptado o normativo… Mi compromiso es combatir porque todos esos extremos quepan y cuenten, se conozcan y acepten.

Centrándonos ahora en la Grela como mujer, ¿cuáles son las vivencias que te han marcado más a lo largo de tu vida?

La mente humana parece diseñada para dejarse impactar más por los acontecimientos difíciles, dolorosos o traumáticos. Es como si esa impronta nos condicionara en una proporción 1-1000 sobre los hechos cotidianos, fáciles y felices de nuestra vida, aunque nos hayan enseñado a creer lo contrario. Podría contar con una mano los hechos realmente dolorosos de mi vida, y sin embargo, su huella es indefectiblemente (casi) infinita.

Solo te puedo decir, Susana, que lo único verdaderamente irreversible e inevitable es la muerte.

¿Cómo definirías a la Grela de hoy y a la Grela de hace 20 años? ¿Ha cambiado mucho su forma de pensar, de enfrentarse al mundo, de relacionarse con los demás...?

Creo (o quiero creer, que esa es una compleja trampa de la identidad y la autoimagen) que la esencia es la misma. Cambias las maneras de responder a las circunstancias, la latencia, la intensidad… Cambias conductas como la paciencia, la crítica, la permisividad, la perspectiva, la relativización… Es como si con los años, todas ellas se fueran laxando. Pero la inquietud, las ganas de saber, de entender, el modo de sentir, de mirar, de amar…, creo que permanecen. Tal vez sea eso lo que con el tiempo nos haga seguir siendo nosotros. Sí, diría que definitivamente lo que más nos identifica es la mirada.

Eres muy pro-activa en la defensa de los derechos de la mujer. No sé si a ti te pasa pero cuando hablo del papel de la mujer en diferentes ámbitos (social, personal, familiar...), tanto con hombres como con mujeres, tengo la sensación de que estamos todos un poco perdidos. ¿Cómo podemos acercar hoy en día el mundo de las mujeres y de los hombres?

A lo mejor el secreto es entender que es un único mundo pero las posiciones que en él se ocupan son, pueden y deben ser, múltiples. Particulares, únicas y distintas. Lo que nos hace iguales es justamente la diferencia.

¿Algo de lo que te arrepientas?

No lo sé. Estoy aprendiendo a no arrepentirme de nada. Hay algo muy cultural en la conducta de arrepentimiento.

¿Algún sueño por cumplir?

Muchos. Viajar, viajar más, a muchos más lugares. Seguir estudiando. Muchas más cosas. Tener tiempo y fuerzas para hacerlo, para seguir haciéndolo hasta el final.

Pero eso es una voluntad. Una intención.

En realidad, los sueños tienen algo de ideal, de utópico o irrealizable. Como decía Galeano, son ese horizonte que sirve para avanzar. Pero de estos, de los imposibles, mi mayor sueño sería volver a abrazar una vez más a mi madre.

¿Cuáles son tus escritores favoritos?

No soy muy mitómana. Tengo libros que, como yo digo, me habitan desde que los leí. También me pasa con la música, el cine, el arte… No es quién, es qué y cuándo. La lista de autores admirables es infinita. Ahora me vienen a la cabeza así de pronto sin pensar demasiado Pedro Salinas y Chantal Maillard, pero es imposible elegir.

¿Un libro imprescindible?

Pues te diré el que acabé ayer y me ha atrapado: Si la muerte te quieta algo, devuélvelo de Naja Marie Adit.

Algo que no te haya preguntado y que quieras añadir.

Las gracias por esta entrevista y por remar a favor una vez más.